Estudié diseño de Interiores, porque siempre me fascinó cómo me sentía al entrar en los espacios, definir si eran bonitos, armoniosos, estridentes, fríos, cálidos...y me encantaba imaginar, cómo y qué cambiaría para sentirme mejor, si yo tuviera que vivir o trabajar allí. Entrar en un espacio armonioso y equilibrado, siempre me ha motivado e inspirado.

Durante mi experiencia profesional, tuve la oportunidad de observar y experimentar, cómo el ambiente impacta directamente en las personas, en sus estados de ánimo y en su carácter.

Ahí comencé un viaje en paralelo, que me condujo a estudiar Coaching.

Este camino que hice, complementario, me llevó a descubrir que los espacios no son lugares, son sentimientos; y desde esa nueva perspectiva, regresé de nuevo a mi pasión y mi esencia, creando mi propio estudio, para ayudar y guiar a las personas, en el gran propósito de habitar sus espacios y empoderarlas para que puedan crear una vida de armonía y abundancia.